dimecres, 4 de novembre del 2015

EMPARAULANT EL TDAH. A QUÈ ÉS REFEREIX AQUEST TRASTORN?



ÍNDICE
1.- ENTRADA.
2.- LAS CUATRO PATAS DEL TDHA.
    2.1.- la caída del concepto de autoridad.
    2.2.- las nuevas maneras de hacer familia.
    2.3.- el imperio del discurso científico.
    2.4.- la supremacía de la imagen frente a la palabra.

3.- TRES CASOS CLÍNICOS.
4.- CONCLUSIONES.
5.- BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA.




1.- ENTRADA.
Durante una sesión en consulta un adolescente me decía que él es mal estudiante porque es hiperactivo, me decía que él era así y que por ello se portaba mal. También me dijo que la videoconsola lo relajaba y que las pastillas más que nada le daban hambre. Pienso y compruebo a menudo que esa etiqueta tan diagnosticada algo tiene que decir, algo des de lo social y algo de lo particular de cada niño y adolescente y sus familias. Es una idea recurrente en los círculos “psi” que trataré de desarrollar.
El doctor ya fallecido, León Eisenberg, inventor de esta etiqueta diagnóstica afirmó en Die Spiegel que existe una sobrediagnosticación de la enfermedad y en algunas traducciones del der. Spiegel, de donde salió la noticia por primera vez, se puede entender que ni tan solo cree que exista dicha enfermedad, dijo que “el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia”.
Se dice que los orígenes de la denominación del TDAH en psiquiatría se pueden considerar al principio del siglo XIX donde el escocés Sir Alexander Crichton definió las características de lo que llamó “Mental Restlessness” (agitación o inquietud mental). Posteriormente en 1845 el médico y psiquiatra alemán Heinrich Hoffman que también era escritor e ilustrador de cuentos, escribió la obra titulada “der. Struwwelpeter” (Pedro el melenas) donde explicaba en 10 cuentos diversas actitudes que ahora serían identificadas con el TDAH. Destaca el cuento de “Felipe Nervioso” que habla de los problemas kinéticos de un niño en la mesa. A principios del S.XX George Still definió los síntomas como “Defecto de Control Moral” afirmando que se debían a una causa congénita sin más. Con ello sentaba las bases de un organicismo hipotético y sin justificación en relación a la hiperactividad. Siempre han sido datos descriptivos de niños movidos que eso sí han entorpecido un ambiente, ya sea este familiar, escolar o social. Posteriormente aparecieron los DSM y se recogieron diversos nombres muy generalistas como “daño cerebral mínimo” o “disfunción cerebral mínima (DCM)”. Durante el apogeo del conductismo en EEUU de los años 50 del siglo XX se llamó “Síndrome hipercinético”, “Síndrome del niño hiperactivo”, “Reacción Hiperkinética en la infancia” y es a partir del 1970 cuando se define el nombre de TDA con o sin hiperactividad que ha llegado hasta nuestros días.
Son nombres todos ellos que nos hablan de un no saber o no querer saber frente a las causas de la supuesta enfermedad que se relaciona con el movimiento y la falta de atención de nuestros jóvenes. Son maneras de objetivar lo que no se puede objetivar y que también se podrían llamar niños mal educados como nos indica el “defecto del control moral”. Son niños incivilizados, desinteresados, desubicados, hiperestimulados, maltratados que por no encontrar algún sitio en este mundo se mueven y sobretodo molestan, se hacen notar. Desde otro prisma podemos decir que no se amoldan a las demandas/exigencias de la sociedad. Es desde ahí donde plantea la reflexión el presente trabajo, es decir, de donde viene o a que se refiere esa hiperactividad y falta de atención situando al sujeto particular en el centro de la mirada. Una mirada doble, en lo social y en lo individual.
 Creo que la diagnosis en masa del TDAH en nuestros días se explica por un lado por la necesidad de la comunidad educativa de dar salida a estos niños que se mueven y entorpecen las clases y por otro lado la solución homogeneizadora que ha supuesto el TDHA de diversos malestares actuales que se refieren a la inquietud. Esta respuesta dice que existe algo que hacer de manera estandarizada con estos niños y jóvenes, es decir: una vez diagnosticados y como ya sabemos que les pasa nos dan una solución pautada: medicación, unidades especiales y temarios adecuados. Pero por su lado los llamados hiperactivos, el saber que lo son no les produce ningún alivio, ni se identifican, ni están conformes, lo viven extrañamente y con rechazo. Sólo esperan la pastilla para relajarse y en muchos casos ni eso consiguen sino todo lo contrario. Lo que no sabemos son los efectos secundarios de la droga sobre la que hago una pequeña investigación en este trabajo.
¿A que se refiere la hiperactividad?, ¿este síntoma del imposible de estar quieto y atento? La respuesta es diversa, viene de la adecuación subjetiva a lo social, a las maneras de estar en el mundo actuales. Después de escuchar, leer y reflexionar me parece sensato afirmar que existen una serie de significantes en lo social que explican las casuísticas sumando a ello la contingencia de lo individual.
 


EL RETROCESO DEL CONCEPTO DE AUTORIDAD
LAS NUEVAS MANERAS DE HACER FAMILIA
EL IMPERIO DEL DISCURSO CIENTÍFICO
LA HEGOMONÍA DE LA IMAGEN FRENTE A LO SIMBÓLICO

No son principios separados en realidad, pues todos ellos se entretejan en un mar significativo que es también la manera actual de existir. Existe una idea bastante conocida de Zygmunt Bauman que parece sintetizar eso, “vivimos el tiempo puntillista, desintegrado en un cúmulo de fragmentos diversos, cada uno de los cuales se reduce a un punto que cada vez se aproxima más a la idealización geométrica de la falta de dimensiones.[1]
 Todo ello constituye una cosmogonía en la que se encuentra el sujeto cuando nace en estos días y que lo condiciona en la manera de existir. Para poder investigar en lo social sobre la verdad o no de estas premisas he usado las siguientes herramientas:
A. TESTIMONIOS. A través de entrevistas poco estructuradas he escuchado las opiniones de personas que tienen relación profesional con niños y adolescentes. He hablado con psicopedagogos y maestros de instituto, maestros de escuela y de guardería.
B. EXPERIENCIA PROFESIONAL. A través de la consulta de psicología y de un dispositivo de refuerzo escolar.
C. BIBLIOGRAFIA SOBRE EL TEMA. De la que hago una relación al final del trabajo. 
Entonces las ideas aquí expuestas tienen origen en lo escuchado de estos testimonios, mis propias experiencias en consulta y en los grupos de refuerzo escolar que realizo semanalmente y por lecturas y formación en psicoanálisis y otras disciplinas.
A pesar de ser licenciado en psicología clínica por la UNED eminentemente orientada a lo cognitivo-conductual des del principio me ha interesado el psicoanálisis que considero mejor por la mirada diversa que ofrece a los malestares de todas las épocas respetando, y ese es su caballo de batalla, las subjetividades y complejidad de la vida.
Lluís Duch monje benedictino del Santuario de Montserrat, antropólogo, dice, “la condición humana es el ámbito de la sabiduría del testimonio, de la capacidad de atención a los márgenes, de la disposición a acercarse a todos los que han quedado al margen de la dinámica social […] no se puede perder nunca de vista la historia, no debemos depositar nunca nuestra confianza en modelos que prescindan del análisis de las situaciones concretas, nunca se deben aceptar acríticamente los sistemas que pretenden tener las respuestas a priori. Todo ello son ídolos que debemos destruir -como hacían los antiguos profetas- para que no quedemos cegados por la ilusión y el engaño[2]


2.- LAS CUATRO PATAS DEL TDAH.   
        
2.1. La caída del concepto de autoridad.
Puede parecer un tópico pero en las entrevistas realizadas al hablar sobre este punto es compartido por todos que la autoridad que tenía el maestro y por extensión cualquier institución ha perdido peso y no es extraño ver en las aulas actitudes disruptivas que sorprenden en general a los maestros. Estas actitudes no son nuevas, de alguna manera siempre ha habido alumnos que van a la suya pero es la manera de tomarlo que ha cambiado.
Con ello se ha perdido algo y se ha ganado algo. Lo que se ha perdido que desarrollaré posteriormente es en relación al valor de la palabra, los niños y adolescentes ya no se dejan capturar fácilmente por una explicación y no atienden. Lo que se ha ganado es la posibilidad de desarrollar una manera de aprender a la carta, donde los alumnos son partícipes también de lo que quieren aprender. Esta sin duda es una idea algo optimista porque algunos maestros afirman que actualmente se dedican más a educar en comportamientos que a enseñar conocimientos concretos como si desde las familias se delegara la educación a la escuela. Es la era de la educación blanda. Se ha pasado en tiempos de la dictadura donde la letra con sangre entra a algo blando o líquido como dice Bauman donde no hay coordenadas fijas sostenidas todo ello con un discurso socioeconómico del consumismo como prioridad. 
Fernando Sabater dice “[…] no son los niños que se rebelan contra la autoridad educativa sino los mayores que los inducen a rebelarse, precediéndoles en esta rebelión que los descarga de la tarea de ofrecerles un soporte resistente, cordial pero firme, paciente y complejo, que tiene que ayudarlos a crecer rectamente hacia la libertad adulta.”[3]
La palabra autoridad deriva del latín auctoritas que se refiere a aumentar, hacer progresar. Entonces es necesario separar la autoridad que se refiere a un vínculo en este caso pedagógico y el autoritarismo que se refiere al concepto de poder entendido como sumisión o sometimiento. Esta bien no someter a los alumnos a la voluntad del maestro pero no creo que sea recomendable delegarles la autoridad como pensando que ellos solos se saben organizar, sin más.
Freud en una sentencia muy locuaz y algo simpática habló de los niños como perversos polimorfos. Con ello quiso expresar la relación que tienen los bebes con la pulsión, la cual viven sin filtros, sin orden o explicación. Es necesario poner en orden la pulsión para que el cuerpo y la experiencia no sea un caos y eso es precisamente lo que deben promover los adultos, la autoridad del adulto. Ellos no aprenden sin la compañía del adulto que de manera más o menos conciente los va encauzando hacia la responsabilidad. La responsabilidad que empieza por el control de la pulsión, lo que comúnmente se llama el control de esfínteres. De ahí al resto de la educación. Me pregunto pues si es precisamente esto lo que ha retrocedido a favor de un discurso de lo instantáneo, una socioeconomía del goce en el consumo que por desgracia relega lo que se refiere a la paciencia, esfuerzo, orden, trabajo a un resto. Con esto no quiero decir que todo sea culpa del sistema ya que siempre queda la posibilidad de decisión por parte del sujeto pero se empuja fuertemente hacía tal ideal por otro lado bien vacío y fragmentador. Todo ello reforzará valores alrededor de la codicia donde se verá al otro como un competidor y la desconfianza y el cinismo estará en primera línea.
Entonces, ¿donde queda la idea de maestro en nuestra época y por extensión el concepto de autoridad? En los últimos escalafones y se exige al maestro siguiendo la fantasía de la perfección que creo estética a no mostrar nada del orden del conflicto inherente a la especie humana. Tal presión del otro lado es bastante insoportable por parte del maestro. Por un lado se le exigen resultados y por el otro la propia sociedad le sustrae la autoridad necesaria para conseguirlo.
   Es pertinente decir que aunque parece que la educación se está democratizando puede que en realidad se está dejando de lado. Ya no se educa para la sociedad sino que se gestiona. La gestión es la que manda y gestión no habla de implicación subjetiva sino de algo que tiene que ver con el buen funcionamiento como si de una máquina el alumno se tratara.
La escuela ha dejado de ser venerada u odiada. Se tiende a menospreciarla, a ridiculizarla, a maltratarla. El acto educativo no es del orden del consumo sino de lo abstracto y es por ello que en los pensamientos más cínicos se sitúa como algo innecesario, superfluo. Antiguamente la maestría era respetada y por ejemplo en los pueblos tenía el mismo rango imaginario del alcalde o el cura. Ahora ya no, ahora no se deja al maestro hacer su trabajo con autonomía sino que forman parte del funcionariado y por tanto deben ser controlados, fiscalizados y examinados regularmente, como si el valor de la profesión fuera en relación a un saber objetivable más que a un deseo individual lo que se llamaba vocación. Algo debe atar al maestro a su profesión y eso ya no se tiene en cuenta porque no es mesurable. Este punto de la mesura lo hablaré más abajo, la hablar del imperio del discurso científico.
Volviendo a la pérdida de autoridad por parte del maestro, ¿a que se debe? Son diversos los factores pero se centran en la democratización del saber, el saber ya no lo tienen solo los sabios y la desconfianza en la institución, en realidad una cosa va atada a la otra. Vivimos pues en una sociedad cínica, una sociedad que ya no cree y que si cree algo es que se debe desconfiar. La prisa y el trabajo son fundamentales, casi se puede decir la prisa en tener trabajo y ya desde los pocos años se empuja a esta dirección, es decir, la importancia de los curriculums y poco de las subjetividades. Unos curriculums que se rellenan de títulos y experiencias objetivables. El interés son las calificaciones y no quien o qué es ese niño o adolescente. El rendimiento frente al saber, el objeto frente al sujeto. Por eso asignaturas que se inscriben en las humanidades se pretenden eliminar.
Muchos adultos se quejan que la escuela ya no es como antes, que ya no hay orden y que los alumnos salen mal preparados. Es posible que esta afirmación este sesgada por algo de la nostalgia de juventud pero no deja de ser cierto que han cambiado mucho y rápidamente las escuelas y institutos. La incorporación de las tecnologías en el medio estudiantil creo que enrarece más aún el ambiente escolar. Quiero decir que es un elemento más de distracción, Y que distracción!, es una ventana al mundo en unos recintos que a veces se asemejan a prisiones. Es un escape imaginario, que no simbólico de la lógica demanda de esfuerzo por parte de la institución. Relativicemos, es cierto que no se termina con el instituto con este tipo de incorporación pero si enturbia la función educadora del maestro ya que existe un saber que viene de otro lugar. Una chica de 15 años me dijo una frase el otro día que era la siguiente: “un maestro es un libro con voz”, antiguamente seguramente era más eso pero ahora como me dijo otro maestro “los alumnos ya no nos ven como alguien que tiene el saber, el saber está en Wikipedia”.

     2.2. Las nuevas maneras de hacer familia.
Se ha abierto la manera de hacer familia y esto solo se puede abordar de manera descriptiva ya que una valoración moral sería sesgar la subjetividad. Existen realidades de todo tipo donde cada miembro se sitúa de una manera u otra en la relación. Creo así mismo que el complejo de Edipo freudiano es aún vigente pero es posible que se hayan diversificado sus funcionalidades. El padre y eso también se relaciona con el punto anterior y puede lo titula ya no está tan presente y las madres pueden serlo sin necesidad de un padre. Pero sigue siendo necesario tan un sentido del orden a la vez que un sentido maternal, lo que en psicoanálisis se llama la función paterna y objeto causa del deseo.
La función paterna es aquella que introduce al sujeto que no habla en el mundo, Lluís Duch utiliza un concepto muy acertado al hablar de estructuras de acogida que son todas aquellas instituciones y personas que velaran para que el infans (que no habla) vaya siendo sujeto y se sujete a la vida. El objeto causa del deseo también nos une a la existencia pero su goce es llamado otro y no fálico. No quiero entrar más en estos temas que son complejos pero si explicitar que actualmente y sobretodo des de los años 70 del siglo pasado se ha diversificado ampliamente.
Son nuevas maneras de configuración familiar como las familias monoparentales o de hijos adoptivos que nada nos dice esto de funcionalidades sino nos adentramos a las maneras de interrelación. Pero me parece así mismo que puede haber un exceso de imaginación en todo ello, pues los hijos siempre necesitan adentrarse a un otro familiar que haga crecer. Este hacer crecer a veces complicado. De eso trata mucho la clínica actual, de goces más en relación al sistema socioeconómico actual, lo que Lacan llamó el imperativo a gozar del capitalismo. Pero en todo ello siempre se debe uno referir a como se articulan los sujetos a esta propuesta que no es necesaria del sistema, es decir, que siempre habrá una respuesta que hará crecer a los hijos. Es la pregunta sobre esta respuesta un buen principio y siempre será singular a cada uno. Esta pregunta versa sobre la responsabilidad subjetiva y es por el peso de la respuesta que sitúa en un lugar parcial y de cierta frustración que actualmente no está de moda.
Lo que me parece fundamental en esta disparidad de hacer familia es saber en cada caso donde está situado el deseo y como se articula en las relaciones familiares. Es común que por ejemplo en separaciones el hijo termine por ser tensado o fracturado por los goces de los progenitores depositados en él. Digo tensado porque me parece bien pictórico y claro ello produce estrés. Los niños no están tranquilos porque no los dejamos tranquilos pues depositamos lo nuestro en ellos inconscientemente y no les dejamos ser o les hacemos ser demasiado también.
Llenos de actividades extraescolares, preocupaciones curriculares a temprana edad. Faltaría muchas veces preguntarles más si quieren hacer algo antes de preguntarles que quieren hacer. ¿De que lado está entonces la hiperactividad? Personalmente creo del otro social pero como es común se deposita la responsabilidad de este goce en los hijos y termina por ser una amalgama hiperactiva por decirlo de alguna manera.
            La familia es uno de los ejes a través de la cual los bebes se subjetivizan, esto quiere decir se hacen personas. Si bien es inherente en esta institución algo del orden del conflicto. Es un conflicto absolutamente necesario para como decía antes hacer crecer. Quiero decir que el matrimonio como renuncia ya no está reconocido y se prefiere estar en el mundo de las infinitas posibilidades es decir del todo vale. Existen pues familias donde el valor de lo familiar tampoco está de moda. En un mundo donde nada en principio está prohibido, todo aquello que se presenta como represivo está mal visto. Podríamos decir que ahora lo revolucionario es ser conservador, en el sentido de querer conservar lo que se tiene. Existen pues familias monoparentales, de padres homosexuales, hijos que tienen diversos padres y madres por sucesivos divorcios. Todo ello configura la pérdida de algo que antaño era muy valorado como es el hogar, el sentimiento cálido de hogar. Cada vez hay menos familias que contemplen este sentimiento entrañable del hogar, eso está pasado de moda. El hogar significa quedarse en casa, sentados, compartiendo un momento con los seres queridos y se vive como tedioso. ¿Por qué? Yo creo que es debido a la transformación del significado de padre y madre, sobretodo de padre. Antiguamente el padre era el que procuraba al hogar y la madre era la que cuidaba a los niños. Ahora ya no, los roles se intercambian por razones socioeconómicas y de ansias de libertad. El orden que procuraba dichos roles se ha complejizado. Antes no era discutido, ahora si. Ahora todo es discutible, vivimos los tiempos de las posibilidades y del reinvento, como si no hubiera razones para establecer fundamentos. Pero, ¿a que remite este deseo que Bauman llamó líquido? Creo que a una adecuación a un sistema que empuja al goce, un sistema económico que guía la existencia hacía un consumo impulsivo que tiene en el centro el vacío y que nos acerca a una eterna adolescencia para todos, crecer no está de moda, como tampoco renunciar a algo por ejemplo al tener descendientes. Esto es algo preocupante, ya que sino se renuncia a algo al tener hijos podemos complicar su estar en el mundo. Es decir y de otra manera, si todos somos adolescentes eso quiere decir todos buscando un lugar, pero ninguno estableciéndose, ninguno decidiendo por algo que hace renunciar por otro. Eso si afecta a los hijos, si los padres no dejan de moverse por no renunciar, los hijos tampoco lo harán.



           
2.3. El imperio del discurso científico.
Ya he comentado al principio del trabajo que el mismo inventor del TDAH dijo que existía una sobrediagnosticación y hasta afirmó que el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia. ¿Qué ha pasado entonces para que esta supuesta enfermedad con su subsiguiente receta psicofarmacologica se haya expandido como una epidemia? La respuesta es clara, a pesar de que siempre ha habido niños movidos, los niños son movidos, actualmente el TDAH está situado en el centro de la manera de vivir, es el reverso de una sociedad hiperestimulada. Estos sujetos sí existen y muestran los síntomas descritos en el DSM: movimientos nerviosos, impaciencia, desasosiego, verborrea, etc.… síntomas que molestan al sistema educativo y a las familias. Se necesita dar salida a estos malestares y es ahí donde entra la evidencia científica y sus intereses industriales para dar solución. Una solución llamada psicofármaco que sobretodo hace callar. Al saber que la cuestión es bioquímica no hace falta hablarlo más, se le administra el Metilfenidato en mayor o menor dosis y listo.
 Si bien y eso es de rigor decirlo, el modelo científico ha conseguido muchos avances en muchos campos cuando se topa con la psique poco puede decir, más allá de verificar cuestiones cognitivas como por ejemplo, la percepción, la memoria, etc.…, describir procesos patológicos o investigar la biología del funcionamiento neuronal. Busca hechos objetivables y soluciones generales. Si estudias los fundamentos del método científico se insiste en anular las variables superfluas y extrañas que son precisamente las que nos hablan de la particularidad de cada uno. En eso se centra el psicoanálisis y plantea la cura por la palabra que nunca es objetiva sino todo lo contrario. Claro que se necesita tiempo para explicarse, tiempo y saber hacer por parte del que escucha. Esta es una de las variables extrañas que se deben extirpar en la ciencia como es el sesgo del investigador a lo que el psicoanálisis llama por un lado transferencia y por el otro fantasma, algo que centra en mayor parte su trabajo. Las vicisitudes de la vida, aquello contingente, la ciencia lo quiere bandear, obviar, reducir a la mínima expresión. El ser humano por su lado es ambiguo y en gran mesura contingente y está atravesado por su historia, su cultura y el lenguaje, ¡que gran paradoja! Este imperio científico mueve muchos estamentos que poco tienen que ver con la particularidad del sujeto y sus goces. Sino que centra su fin en el propio goce de la ciencia que en el caso de la hiperactividad se llama Metilfenidato y que bandea a lo subjetivo. En conclusión la ciencia poco puede saber de las angustias subjetivas y a ella le rodean estancias del poder que pretenden apartar precisamente lo particular en su propio beneficio. Es algo bien perverso.
El discurso de la ciencia es un discurso del amo, que cuando busca la objetividad y la evidencia al aplicarse a problemas que son individuales no hace sino caer siempre en burdas generalizaciones muchas veces imposible de justificar y con excepciones que a menudo pueden ser la regla. Muchas veces aquello que descubre lo hace casualmente. Pero este imperio no termina aquí, los llamados descubrimientos científicos sí tienen consecuencias en lo individual como es sabido. En el caso de la hiperactividad el proceso fue el siguiente y tiene relación a la lógica aplastante, aplastante del malestar: un sujeto molesta porque se mueve, eso es inaceptable ya que entorpece el ambiente académico y familiar, se le lleva al dispensador de significantes (médico) y se le dice que tiene una enfermedad llamada TDAH, a lo cual se da solución: medicación y protocolos. Punto y final!
¿Qué nos falta en esta ecuación? el sujeto, el hijo, el alumno, el ciudadano, el paciente alguien a quien preguntar que le pasa y siempre les pasa algo, algo que ni es evidente, ni es simple, ni objetivo, es del orden de lo particular.
En mi tiempo de estudiante universitario escogí una asignatura optativa llamada psicofarmacología. Repasando el libro[4] recordé que desde el cognitivismo se afirma que el déficit de atención con o sin hiperactividad se considera que es debido a un relajamiento de la atención, contradiciendo al sentido común y que desde la farmacología ello se trataba con fármacos estimulantes de las vías dopaminérgicas, que son el metilfenidato y las anfetaminas. Las vías dopaminérgicas también tienen que ver con otros sistemas neuronales así como con enfermedades como la esquizofrenia y el parkinson.
Entonces se administran estimulantes a niños ya estimulados para calmarles sin tener en cuenta los efectos adversos basándose en una evidencia científica inexistente En el prospecto de una conocida marca de Metilfenidato se dice que los afectos adversos frecuentes o muy frecuentes son anorexia, disminución del apetito, reducción moderada del aumento de peso y altura durante el uso prolongado en niños, insomnio, nerviosismo, agresividad, agitación, ansiedad, depresión, comportamiento anormal, cefalea, mareos, hiperactividad motora, arritmia, palpitaciones, vomito, boca seca. Y lo peor de todo es que no se saben los efectos secundarios adversos a largo plazo.







            2.4. La supremacía de la imagen frente a la palabra.
Jacques Lacan habló de que existían tres registros que se anudaban entre ellos formando la experiencia. Actualmente lo imaginario, la imagen, ha ganado la partida a la palabra, o la palabra está en retroceso. Cada uno se relaciona con modalidades de goce, la palabra desde la pulsión oral y la imagen des de la pulsión escópica.
Ser capturado por la palabra al escuchar una historia, leer un libro con interés, atender a las explicaciones del maestro, hacer caso, obedecer en definitiva. Obedecer viene de la palabra latina audire que significa oír. Vivimos pues una época desobediente en ambos sentidos. Los niños y adolescentes son desobedientes ya que no hacen caso y no escuchan.
Las nuevas tecnologías de las que trataré aquí son en concreto dos, las llamadas redes sociales y los videojuegos. Las redes sociales que se han ido desarrollando, desde los chats de principios de los 90 que eran líneas de texto con un nombre de usuario al actual facebook donde se pueden publicar fotografías y es como tener una doble vida. En realidad estamos hablando de un imaginario. Cada una escogerá hasta que punto se quiere inventar a si mismo y hasta que punto se lo quiere tomar en serio pero el sentimiento generalizado entre los adultos es tomarlo por el lado de lo lúdico. También como manera de pasar información de unos a otros para gente que está lejos o contenido político.
Esta es la manera de tomar la cuestión los adultos, pero en adolescentes ya es otra manera. Su necesidad de hacer grupo, de tener grupo, hace que vivan estas redes sociales desde la pasión, tienen pues en la pantalla lo que puede desear un adolescente, es decir, una vida basada en la imagen y la fantasía donde las cosas no parecen en verdad importantes pero en realidad lo son. Las redes sociales es la vida paradójica adolescente hecha aplicación. Digo que las redes sociales son un medio eminentemente adolescente, que encaja en su manera de ser. Es cierto que no todos caen en sus fauces y que no todos lo hacen de la misma manera pero es perfecto para ellos y a veces caen en conductas completamente adictivas. Allí ellos son algo, en un marco definido, limitado, son usuarios de la red social. Lo que importa no es su grado de responsabilidad sino todo lo contrario, lo que importa es hasta donde se atreven a llegar. Parecería que este medio empuja a pasar el límite, el sentido de la norma está más lejos percibido que en la vida ordinaria. Algunos lamentablemente atraviesan lo pudoroso y se dejan la piel literalmente en el medio sin saber las consecuencias y los goces a que será sometida la imagen. Ese es el horror de estas redes que en realidad son bastante frías y encaradas al beneficio de algunos, no nos olvidemos.
Existen casos escandalosos de comportamientos comprometidos y algunos con final trágico: suicidios, el llamado ciberbulling,... pero en realidad y centrando la mirada en lo subjetivo lo que importa verdaderamente es lo que encuentra cada uno en este medio. El anonimato, el hecho de que los ordenadores ya tienen todos la webcam, la falsa impresión de protección que da poder conectarse desde casa hace que sea un medio perfecto para pasar la ralla de la obscenidad. ¿Que pasa en la cabeza de un sujeto para decidir dejar radicalmente su imagen allí? Las razones son múltiples y atañen a la sexualidad algo siempre relacionado con lo real lacaniano y por tanto el goce. Lo imaginario, la imagen, pasa a través del medio para terminar dejando el sujeto desnudo frente a la pantalla. La pantalla se da la vuelta y arranca la subjetividad del individuo, una subjetividad que cae del deseo para incorporarse al goce de una red informática de la que no se conoce el límite y que angustia por el desborde que provoca. El joven se pierde en la red gozando ilimitadamente. Una chica de 13 años me contaba que la noche anterior había estado hasta las 5 de la madrugada conectada, así lo llaman: estar conectado.
 Por otro lado están los videojuegos. Antiguamente eran mucho más sencillos y mucho menos reales. Actualmente invita al jugador a entrar casi completamente dentro la pantalla, como si ahí en el interior de la misma estuviera la vida. Ello se refiere al goce, como en las redes sociales. No es difícil de comprender como alguien se puede enganchar a esta actividad, alguien en general joven o niño que ve la vida futura y presente como algo pesado que le pide de renuncias y le impide vivir de la pulsión instantánea. Estos juegos que son todo lo contrario, no hay otro límite que el game over, entre tanto suele ser un reto lleno de color, figuras antropomórficas y que le invitan cuando son mas adictivos, de eso se trata, a expresar las inclinaciones más violentas del ser humano. Creo que es un paso extraordinario para la percepción psíquica de la vida el paso de los juegos desde la metáfora y por tanto elaborados a esta actual casi real vida a través de la pantalla, donde la finalidad de las mismas es confundir dentro y fuera. Algunos terminan por confundirlo.
Siempre volvemos a lo subjetivo y a las razones inconscientes de cada uno en relación a los medios que se nos ofrecen. Entonces si bien habrá subjetividades que se encerraran en la habitación, otros no conocen nada de la cuestión o harán un uso más sano. En realidad la pregunta interesante aquí no son los mecanismos neurológicos de la adicción sino las razones de preferir un medio frío, hostil y finalmente frustrante, ya que el game over es inevitable, a una vida imperfecta.
La imagen es siempre más instantánea pero también es más fría, lo simbólico siempre hace más lazo social pero desde estas sociedades postmodernas e individualistas ello queda relegado a un resto poco placentero.





3.- TRES CASOS CLÍNICOS.
En esta sección trataré de mostrar casos que han pasado por mi consulta que venían diagnosticados de TDAH y como se han ido desarrollando y claro complejizado. Algún tipo de cura siempre vendrá a través de las sesiones de rodear a través de la palabra el síntoma que hace mover al paciente. En realidad el psicoanálisis no cura, indica.

CASO 1.
Vino a la consulta con sus padres que están separados. Su madre se quejaba de que no estudiaba, de que no atendía y que llevaba quejas de parte del instituto. Me dijo que estaba diagnosticado de hiperactividad y que estaba siendo medicado. Es curioso escuchar a un paciente decir que sufre TDAH y sentir a la vez que en realidad no sabe a que se refiere su enfermedad. Tiene un síntoma bien hiperactivo, nunca deja de mover las piernas pero solamente se le activan cuando le preguntas sobre sus responsabilidades, sino está bastante tranquilo. Sé que toma medicación pero dice que no le hace nada, que solo le quita el hambre y eso sÍ le pone triste.
Al preguntar sobre si mismo existe una queja recurrente, que no le gusta estudiar. Esta queja en general se repite en muchos adolescentes. Tiene pues el interés lejos del estudiar. Durante algunas sesiones me cuenta que cuando era pequeño tuvo problemas con los compañeros y que en un momento dado le hicieron el vacío lo cual le hizo sufrir mucho. También al volver de un viaje a Extremadura de donde es su familia relató lo bien que había estado allí lejos de sus problemas, ¿no sería eso que el acepta que hay problemas y que quiere apartarse de ellos, problemas de los que sabe poco y que tienen que ver con su posición en el mundo? Es algo indicativo la dificultad que tiene para mirarme a los ojos, es cierto pues que en el dispositivo sobretodo con adolescentes planteo la responsabilidad como significante necesario y es precisamente de lo que el no quiere saber nada.
Todo ello, sin deseo de ser muy exhaustivo, para exponer que el TDHA nos habla de otra cosa, de algo que es subjetivo a cada adolescente o niño, de algo que le es propio y que le tiene inquieto. Algo que también se debe elaborar significativamente.

CASO 2.
¿Siempre se refiere a los adultos un síntoma en niños y adolescentes? Yo diría que sí pero no por ello es algo fácil resolver. Los niños y jóvenes hacen síntoma de los conflictos adultos, afirmación atrevida pero no concreta. Es decir existen significantes en los adultos que hacen síntoma en los hijos o hijas.
El caso es paradigmático. Un padre obsesivo y maltratador con una subjetividad muy ambigua, un hombre complejo que explota de vez en cuando. La madre después de sufrirlo durante años decidió por abandonarlo pero manteniendo una extraña relación con él, de un cierto aprecio. Algo pues lo había anudado a él, del orden de la protección, de lo que no le era fácil salir. Ella había tenido un padre autoritario y poco cariñoso y parecía que había encontrado con su marido un refugio al padre distante, de alguna manera un padre protector. Lo cierto es que el marido, un hombre alto y de aspecto protector a veces daba miedo. Era una pareja anudada patológicamente, ella estaba más cerca de su ideal que del hombre que tenía al lado y él no era consciente del lugar donde estaba situado.
Todo ello previo al nacimiento de la hija. Una vez nacida terminó ella por ser parte de este anudamiento bien conflictivo siendo para el padre una hija sin demasiados límites y una madre asfixiada por un trato algo sádico por parte de padre e hija también una vez separados. El padre, pues, situaba a la hija en un lugar de excepción y la madre, vista como represora, imponía un cierto orden. Algo significativo: en casa del padre la niña dormía en la cama del padre y el padre en el sofá, la cama de la hija decían que tenía como un clavo que le hacía daño. Trabajamos con el clavo, que era imaginario, para que ella pudiera habitar su cuarto y no invadir el del padre. Es cierto que el padre a veces explotaba y todo eso que había permitido a la hija se le volvía en contra. La madre, dedicada al mundo de lo social como trabajadora social, era profundamente consciente de lo que acontecía pero lo vivía como espectadora y fue necesario hacerla participe de todo ello y plantear algún cambio en relación a la hija que rodeaba sobretodo la cuestión de la posición de reina que el padre le había concedido.
La demanda en las primeras entrevistas era si se podía hacer una exploración para saber si la hija era hiperactiva porque en la escuela había planteado problemas con compañeras. En algún lugar se le pudo decir que sí y empezar con el tratamiento, des de el dispositivo psicoanalítico planteamos complejizar la historia.

CASO 3.
Este caso se planteo de la siguiente manera. Un niño de 6 años muy movido, excesivamente movido y que insulta y abusa de la madre. Una madre situada en un lugar de falta y perdida explica por una infancia difícil y con necesidad de cariño. Un padre obsesivo y represivo. La pareja esta separada, la madre vive sin pareja y el padre está con una nueva pareja.
La demanda se plantea, como es común, por los problemas que tiene en la escuela. Pero la madre se queja sobretodo porque esta muy nervioso. Vamos a plantear ese síntoma complejizandolo. Pasamos algunas sesiones con el niño y termino por incluir a la madre volviéndose sesiones de tres. El niño es insostenible, se mueve mucho y termina por dirigir la angustia contra la madre, insultándola y pegándola. Ella se muestra como inhibida y cariñosa con él. Van pasando sesiones y se dice que para ella él, el hijo, es un sostén. Ella lo tuvo mayor y le supuso algo que la sostenía y que por eso no le regañaba ni se separaba de él cuando la maltrataba. Explicaba que con el estaba bien y fue un trabajo de intervención plantear algún tipo de separación empezando por la alcoba, ya que dormían juntos, madre e hijo. Fue un paso importante y las cosas empezaron a ir mejor. Posteriormente salió a relucir otro conflicto la obsesión del padre con la comida. Explica la madre que cuando el hijo  era pequeño y ellos aún estaban juntos el padre era incapaz de dar de comer a su hijo, se angustiaba. Es necesario indicar por otro lado que la madre del padre y el padre tienen una relación de exclusividad y que la madre del niño era menospreciada a menudo, según relata la madre era como si el padre no pudiera alimentar a su hijo y ahí viene un punto fundamental porque en realidad el hijo era él. A esa paradoja el padre resolvió obsesivamente contra la madre y de ahí la separación. La CULPA DE TODO era de la madre que no sabía alimentar al hijo reprimiendo obsesivamente la relación incestuosa con la madre y situando al hijo en un lugar de sobra, al menos en relación a la alimentación. El padre siempre insistiendo científicamente, lo pesa en una farmacia para demostrar que la madre lo alimenta mal. Lo patológico del tema es que él es incapaz de mostrar deseo frente a la alimentación del niño, obligándolo a terminarse todo y cediendo la responsabilidad de la alimentación a la nueva mujer. La madre relata que últimamente deja al niño en casa de una amiga a comer que tiene una hija mayor y explica que el niño come sin problemas y es muy educado. Muestra pues el enredo que existe en la relación padre-madre-hijo en el comer.
Comer, ingerir, alimentarse, todo ello se hace también desde la subjetividad y la manera conflictiva donde está situada la triada produce movimiento que significa angustia para el hijo.
Es conmovedor escuchar al padre insistir en su deseo de desplazar su conflicto a la madre siempre con la objetividad científica eliminando obsesivamente cualquier responsabilidad en la cuestión. Últimamente ha salido a relucir otro significante, el niño no quiere que se muestre el conflicto pero que es del padre que hace sufrir a la madre y en sesión descarga dicha tensión dibujando y pintando. Me ha parecido siempre fantástico que sublime la carga que lleva incorporada dibujando, algo propio que le gusta. En realidad debe saber de él mismo para dar-se cuenta que él no es el responsable de todo lo que le pasa porque su conflicto ya estaba antes de él nacer.
Lo deseable sería que el padre moviera algo de su posición obsesiva pero eso depende de que se permita salir del discurso bien establecido y algo delirante donde está metido, un delirio neurótico, que encubre algo que se refiere a su propio goce. El hijo ha establecido su espacio y ha sido intervención mía indicar que el no tiene porque sufrir inútilmente lo del padre pero lo cierto es que esta represión del padre es bien pesada.











4.- CONCLUSIONES.
Es cierto que actualmente existen diversos acercamientos y que muchos van en busca de la eficiencia y la curación lo más rápido posible. Algo que no ayuda al desarrollo de un saber para los sujetos. La prisa nunca es compañera del saber y es necesaria la repetición para saber que acontece en la subjetividad, para hacer emerger lo inconsciente y poder acercarnos a un mejor ser y estar. Los pacientes están cansados de recibir recetas a la demanda de una solución y hay un deseo de mejorar a través de otros sistemas donde el sujeto sea el protagonista y no imponiendo una barrera objetivizante. Siguiendo esta línea se ha redactado bajo la firma de multitud de instituciones un manifiesto llamado “Manifiesto por una psicopatología clínica, que no estadística” donde se plantea la necesidad de volver a la escucha y no al obsesivo dispendio de test y la necesidad de encontrar La objetividad.
El malestar está, como dijo Freud, en lo más íntimo de la existencia y me parece ciertamente perverso tratar los problemas de la vida a través de la generalización científica sin centrar la escucha en lo que adolece en una persona concreta.

El psicoanalista francés Jacques Lacan habló en su seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis que el Otro es el lugar donde se sitúa en la cadena del significante que rige todo lo que, del sujeto, podrá hacerse presente, es el campo del viviente donde el sujeto tendrá que aparecer. Y he dicho que, por el lado de ese ser viviente, llamado a la subjetividad, se manifiesta esencialmente la pulsión.
Una pulsión inevitable que necesita ser articulada en un discurso para hacer lazo social. Parecería y esta es la tesis de este trabajo que esta articulación se ha menospreciado y simplificado a través de un empuje socio-económico a la satisfacción instantánea del ser. Un ser individualista que ya no cree en la ideología como goce colectivo sino que se ha alienado en el goce consumista de manera abrumadora. Es este sistema en el que convivimos que empuja pues a la felicidad en el consumo. 
La modernidad de la ilustración tenía la existencia institucionalizada en diferentes ideales que hacían lazo. Los niños eran educados y los padres, maestros y la sociedad en general tenían una función frente al neonato de civilizarlo. Freud hablaba de los perversos polimorfos al referirse a los niños, lo decía por la verdad en lo pulsional, en la falta de regulación de la energía pulsional que se debe sublimar en lo social. Como queda esta sublimación en una sociedad tan heterodoxa, parecería que ya no acogemos a los niños sino que los echamos al mundo.
La escuela, la familia y la ciudad han sido como dice el monje y antropólogo catalán Lluís Duch las estructuras de acogida clásicas y es precisamente esto lo que está como decía antes menospreciado.
Diría que se han cambiado estas estructuras de acogida clásicas reguladoras, familia, escuela y ciudad por algo más etéreo y menos elaborado como son las nuevas tecnologías y la ciencia. Las narrativas secuenciales moralizantes, es decir uno-tras-otro buscando un sentido, se ha cambiado por el puntillismo, uno-y-otro, sin necesidad de relación. Se ha perdido el sentido de la coherencia.
Esta reflexión del punto anterior nos dirige a plantear pues como viven nuestros niños y jóvenes y no escatimaré palabras. Por un lado esta la tecnología, la cual ya estaba aquí antes de ellos nacer, una tecnología cada vez más realista y mas adaptada al ser humano, más análoga al ser humano como dice el cogntivismo o cibertecnología si hablamos de ciencia ficción, que ya no es tan ficción. Un sistema económico que actualmente se rige sobretodo por este comercio tecnológico hace que impulsemos a través de su discurso a gozar con esos gadgets. Unos gadgets que nos sitúan en un registro imaginario a través de sus pantallas, donde el fuera y el dentro tiende a difuminarse, confundirse. Impulsa pues a un goce escópico y narcisista, ya que nos plantea ideales del yo extraordinarios, que termina simplemente por preferirse a una vida basada en el simbólico que siempre produce falta y necesita mayor esfuerzo para elaborar. La elaboración pues de la cibertecnología está en otra parte, no del lado del sujeto que goza al utilizar-la sino la industria que la produce que por cierto es la más lucrativa, superando al comercio de libros y cine, en el mundo del entretenimiento. Entonces en realidad tal inmersión por parte de niños y adolescentes es puramente de orden del goce diría real, pues las propuestas de esta industria están encaminadas para este fin. Es decir, atiborramos a estas inexpertas subjetividades de imágenes que incitan al goce más basal y impulsivo y por otro lado y puede cada vez menos les pidamos una responsabilización vital. Si esto estuviera contenido en familias bien asentadas y por decirlo de alguna manera dentro de una neurosis ordinaria, por decirlo de otra manera con las pulsiones bien orientadas lo llevarían muchos problemas. Pero en realidad todo este mundo cibertecnológico atañe empujando intensamente también a los adultos que parecería que cada vez se dejan llevar más por ello. Familias desestructuradas, familias empobrecidas, familias invadidas por un goce cibernético y por otro lado instituciones en este trabajo centrado fundamentalmente en la escuela que intentan y fracasan en la articulación de un discurso productivo. En realidad si de una competencia se tratara está ganando la industria de la cibertecnología por goleada. Solamente se mantienen cuerdas las familias que establecen una contención de estos significantes tan seductores y prefieren instalar un discurso más propio centrado en la palabra y una ética educativa.
Centrado en la palabra! Este imperio de la imagen hace que la palabra se haya  como he dicho en otro lugar menospreciado y obedecer palabra de origen latino que proviene de escuchar ha caído en el desuso. Pero y esto sí es importante el ser humano no se puede desvincular de la palabra. La palabra es constituyente, es lo que hace al ser hablante o hablanteser lacaniano y por tanto se tiende al aplastamiento de la misma, ya que no podemos dejar de ser seres humanos. La industria y el sistema económico social y también la ciencia empujan fuertemente hacia la objetivización del ser humano que termina por silenciarlo.
De esta manera, no es extraño que haya aparecido en la última época psicopatologías infantiles referidas al habla y a la obediencia como pueden ser la llamada dislexia o el TDH. Disfunciones, si se puede llamar así, que se quieren subsanar a base de por el lado de la dislexia forzando a leer bien de manera conductual y sometiendo al sujeto y algo que se dice más preocupante, como es la medicalización generalizada de niños que no obedecen. Ellos, los niños, son los expertos en la sintomatología social, es decir, ellos son esponjas de significantes y contendedores de los goces adultos. El goce adulto esta situado actualmente en lo escópico por ello los infantes no aprenden a hablar ni a obedecer, los estamos separando inconscientemente de la palabra, algo muy preocupante por cierto.
Parecería que estamos como civilización evocados al desastre, pero existe siempre la posibilidad que nos brinda la ética de decidir por nuestra cuenta, no dejarnos llevar por  el grupo e instalar desde el saber que he intentado aclarar algo propio desvinculado de esta cibertecnología o de estas familias donde casi no hay familia. Adecuarnos siempre es mejor que alienarnos.
Del otro lado y también importante, se debe decir que es la subjetividad la que sintoniza o no a través de la fantasmática propia con todo lo reflexionado anteriormente. De ahí, que desde la clínica psicoanalítica, se insista en que el medio no es nunca el único responsable, aunque también lo es, por lo que no es incompatible lo psi con la crítica social, PERÒ siempre teniendo claro que es en definitiva lo subjetivo lo decisorio, algo tan simple pero tan fundamental.


5.- BIBLIOGRAFÍA y WEBGRAFÍA.
2.- Zigmund Bauman. “Els reptes de l’educació en la modernitat líquida” Ed. Arcàdia.
3.- Lluís Duch. “Emparaular el món”. Fragmenta editorial.
4.- Fernando Sabater.”El valor de educar”. ed. Columna.
5.- Jacques Lacan. “Els quatre conceptes Fundamentals de la psicoanàlisi”. Ed. Dip. de Barcelona.






[1] Zigmund Bauman. “Els reptes de l’educació en la modernitat líquida”.Pg.5. Ed. Arcàdia. Trad. Cat.
[2] Lluís Duch. “Emparaular el món”. Pg. 107. Frangmenta editorial. Trad.cat.
                3.- Fernando Sabater.”El valor de educar”. pg.113. ed. Columna. Trad.cat.
[4] Stephen M. Stahl. Psicofarmacología Esencial. Ed. Ariel.

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