1.- ENTRADA.
2.- LAS CUATRO
PATAS DEL TDHA.
2.1.-
la caída del concepto de autoridad.
2.3.-
el imperio del discurso científico.
2.4.-
la supremacía de la imagen frente a la palabra.
3.- TRES CASOS
CLÍNICOS.
4.- CONCLUSIONES.
5.- BIBLIOGRAFÍA
Y WEBGRAFÍA.
Durante una sesión en consulta un adolescente me
decía que él es mal estudiante porque es hiperactivo, me decía que él era así y
que por ello se portaba mal. También me dijo que la videoconsola lo relajaba y
que las pastillas más que nada le daban hambre. Pienso y compruebo a menudo que
esa etiqueta tan diagnosticada algo tiene que decir, algo des de lo social y
algo de lo particular de cada niño y adolescente y sus familias. Es una idea
recurrente en los círculos “psi” que trataré de desarrollar.
El doctor ya fallecido, León Eisenberg, inventor de
esta etiqueta diagnóstica afirmó en Die Spiegel que existe una sobrediagnosticación
de la enfermedad y en algunas traducciones del der. Spiegel, de donde salió la
noticia por primera vez, se puede entender que ni tan solo cree que exista
dicha enfermedad, dijo que “el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia”.
Se dice que los orígenes de la denominación del TDAH
en psiquiatría se pueden considerar al principio del siglo XIX donde el escocés
Sir Alexander Crichton definió las características de lo que llamó “Mental Restlessness”
(agitación o inquietud mental). Posteriormente en 1845 el médico y psiquiatra alemán
Heinrich Hoffman que también era escritor e ilustrador de cuentos, escribió la
obra titulada “der. Struwwelpeter” (Pedro el melenas) donde explicaba en 10
cuentos diversas actitudes que ahora serían identificadas con el TDAH. Destaca
el cuento de “Felipe Nervioso” que habla de los problemas kinéticos de un niño
en la mesa. A principios del S.XX George Still definió los síntomas como
“Defecto de Control Moral” afirmando que se debían a una causa congénita sin
más. Con ello sentaba las bases de un organicismo hipotético y sin
justificación en relación a la hiperactividad. Siempre han sido datos descriptivos
de niños movidos que eso sí han entorpecido un ambiente, ya sea este familiar,
escolar o social. Posteriormente aparecieron los DSM y se recogieron diversos
nombres muy generalistas como “daño cerebral mínimo” o “disfunción cerebral
mínima (DCM)”. Durante el apogeo del conductismo en EEUU de los años 50 del
siglo XX se llamó “Síndrome hipercinético”, “Síndrome del niño hiperactivo”,
“Reacción Hiperkinética en la infancia” y es a partir del 1970 cuando se define
el nombre de TDA con o sin hiperactividad que ha llegado hasta nuestros días.
Son nombres todos ellos que nos hablan de un no saber o no querer saber frente a las
causas de la supuesta enfermedad que se relaciona con el movimiento y la falta
de atención de nuestros jóvenes. Son maneras de objetivar lo que no se puede
objetivar y que también se podrían llamar niños
mal educados como nos indica el “defecto del control moral”. Son niños
incivilizados, desinteresados, desubicados, hiperestimulados, maltratados que
por no encontrar algún sitio en este mundo se mueven y sobretodo molestan, se
hacen notar. Desde otro prisma podemos decir que no se amoldan a las demandas/exigencias
de la sociedad. Es desde ahí donde plantea la reflexión el presente trabajo, es
decir, de donde viene o a que se refiere esa hiperactividad y falta de atención
situando al sujeto particular en el centro de la mirada. Una mirada doble, en
lo social y en lo individual.
Creo que la diagnosis
en masa del TDAH en nuestros días se explica por un lado por la necesidad de la
comunidad educativa de dar salida a estos niños que se mueven y entorpecen las clases
y por otro lado la solución homogeneizadora que ha supuesto el TDHA de diversos
malestares actuales que se refieren a la inquietud. Esta respuesta dice que
existe algo que hacer de manera estandarizada con estos niños y jóvenes, es
decir: una vez diagnosticados y como ya sabemos que les pasa nos dan una
solución pautada: medicación, unidades especiales y temarios adecuados. Pero por
su lado los llamados hiperactivos, el saber que lo son no les produce ningún
alivio, ni se identifican, ni están conformes, lo viven extrañamente y con
rechazo. Sólo esperan la pastilla para relajarse y en muchos casos ni eso
consiguen sino todo lo contrario. Lo que no sabemos son los efectos secundarios
de la droga sobre la que hago una pequeña investigación en este trabajo.
¿A que se refiere la hiperactividad?, ¿este síntoma
del imposible de estar quieto y atento? La respuesta es diversa, viene de la
adecuación subjetiva a lo social, a las maneras de estar en el mundo actuales. Después
de escuchar, leer y reflexionar me parece sensato afirmar que existen una serie
de significantes en lo social que explican las casuísticas sumando a ello la
contingencia de lo individual.
EL RETROCESO DEL CONCEPTO DE AUTORIDAD
LAS NUEVAS MANERAS DE HACER FAMILIA
EL IMPERIO DEL DISCURSO CIENTÍFICO
LA HEGOMONÍA DE LA IMAGEN FRENTE A LO SIMBÓLICO
No son principios separados en realidad, pues todos
ellos se entretejan en un mar significativo que es también la manera actual de
existir. Existe una idea bastante conocida de Zygmunt Bauman que parece
sintetizar eso, “vivimos el tiempo puntillista, desintegrado en un cúmulo de
fragmentos diversos, cada uno de los cuales se reduce a un punto que cada vez
se aproxima más a la idealización geométrica de la falta de dimensiones.[1]”
Todo ello
constituye una cosmogonía en la que se encuentra el sujeto cuando nace en estos
días y que lo condiciona en la manera de existir. Para poder investigar en lo
social sobre la verdad o no de estas premisas he usado las siguientes
herramientas:
A. TESTIMONIOS. A través de entrevistas poco
estructuradas he escuchado las opiniones de personas que tienen relación
profesional con niños y adolescentes. He hablado con psicopedagogos y maestros
de instituto, maestros de escuela y de guardería.
B. EXPERIENCIA PROFESIONAL. A través de la consulta
de psicología y de un dispositivo de refuerzo escolar.
C. BIBLIOGRAFIA SOBRE EL TEMA. De la que hago una
relación al final del trabajo.
Entonces las ideas aquí expuestas tienen origen en
lo escuchado de estos testimonios, mis propias experiencias en consulta y en
los grupos de refuerzo escolar que realizo semanalmente y por lecturas y
formación en psicoanálisis y otras disciplinas.
A pesar de ser licenciado en psicología clínica por
la UNED eminentemente orientada a lo cognitivo-conductual des del principio me ha
interesado el psicoanálisis que considero mejor por la mirada diversa que
ofrece a los malestares de todas las épocas respetando, y ese es su caballo de
batalla, las subjetividades y complejidad de la vida.
Lluís Duch monje benedictino del Santuario de
Montserrat, antropólogo, dice, “la
condición humana es el ámbito de la sabiduría del testimonio, de la capacidad
de atención a los márgenes, de la disposición a acercarse a todos los que han
quedado al margen de la dinámica social […] no se puede perder nunca de vista
la historia, no debemos depositar nunca nuestra confianza en modelos que
prescindan del análisis de las situaciones concretas, nunca se deben aceptar
acríticamente los sistemas que pretenden tener las respuestas a priori. Todo
ello son ídolos que debemos destruir -como hacían los antiguos profetas- para
que no quedemos cegados por la ilusión y el engaño”[2]
2.- LAS CUATRO PATAS
DEL TDAH.
2.1. La caída del concepto de autoridad.
Puede parecer un tópico pero en las entrevistas
realizadas al hablar sobre este punto es compartido por todos que la autoridad
que tenía el maestro y por extensión cualquier institución ha perdido peso y no
es extraño ver en las aulas actitudes disruptivas que sorprenden en general a
los maestros. Estas actitudes no son nuevas, de alguna manera siempre ha habido
alumnos que van a la suya pero es la manera de tomarlo que ha cambiado.
Con ello se ha perdido algo y se ha ganado algo. Lo
que se ha perdido que desarrollaré posteriormente es en relación al valor de la
palabra, los niños y adolescentes ya no se dejan capturar fácilmente por una
explicación y no atienden. Lo que se ha ganado es la posibilidad de desarrollar
una manera de aprender a la carta, donde los alumnos son partícipes también de
lo que quieren aprender. Esta sin duda es una idea algo optimista porque
algunos maestros afirman que actualmente se dedican más a educar en
comportamientos que a enseñar conocimientos concretos como si desde las
familias se delegara la educación a la escuela. Es la era de la educación
blanda. Se ha pasado en tiempos de la dictadura donde la letra con sangre
entra a algo blando o líquido como dice Bauman donde no hay coordenadas fijas sostenidas
todo ello con un discurso socioeconómico del consumismo como prioridad.
Fernando Sabater dice “[…] no son los niños que
se rebelan contra la autoridad educativa sino los mayores que los inducen a
rebelarse, precediéndoles en esta rebelión que los descarga de la tarea de
ofrecerles un soporte resistente, cordial pero firme, paciente y complejo, que
tiene que ayudarlos a crecer rectamente hacia la libertad adulta.”[3]
La palabra autoridad deriva del latín auctoritas que
se refiere a aumentar, hacer progresar. Entonces es necesario separar la
autoridad que se refiere a un vínculo en este caso pedagógico y el autoritarismo
que se refiere al concepto de poder entendido como sumisión o sometimiento.
Esta bien no someter a los alumnos a la voluntad del maestro pero no creo que
sea recomendable delegarles la autoridad como pensando que ellos solos se saben
organizar, sin más.
Freud en una sentencia muy locuaz y algo simpática
habló de los niños como perversos polimorfos. Con ello quiso expresar la relación que tienen los bebes con la
pulsión, la cual viven sin filtros, sin orden o explicación. Es necesario poner
en orden la pulsión para que el cuerpo y la experiencia no sea un caos y eso es
precisamente lo que deben promover los adultos, la autoridad del adulto.
Ellos no aprenden sin la compañía del adulto que de manera más o menos
conciente los va encauzando hacia la responsabilidad. La responsabilidad que
empieza por el control de la pulsión, lo que comúnmente se llama el control de
esfínteres. De ahí al resto de la educación. Me pregunto pues si es
precisamente esto lo que ha retrocedido a favor de un discurso de lo instantáneo,
una socioeconomía del goce en el consumo que por desgracia relega lo que se
refiere a la paciencia, esfuerzo, orden, trabajo a un resto. Con esto no quiero
decir que todo sea culpa del sistema ya que siempre queda la posibilidad de
decisión por parte del sujeto pero se
empuja fuertemente hacía tal ideal por otro lado bien vacío y fragmentador.
Todo ello reforzará valores alrededor de la codicia donde se verá al otro como
un competidor y la desconfianza y el cinismo estará en primera línea.
Entonces, ¿donde queda la idea de maestro en nuestra
época y por extensión el concepto de autoridad? En los últimos escalafones y se
exige al maestro siguiendo la fantasía de la perfección que creo estética a no
mostrar nada del orden del conflicto inherente a la especie humana. Tal presión
del otro lado es bastante insoportable por parte del maestro. Por un lado se le
exigen resultados y por el otro la propia sociedad le sustrae la autoridad
necesaria para conseguirlo.
Es
pertinente decir que aunque parece que la educación se está democratizando
puede que en realidad se está dejando de lado. Ya no se educa para la sociedad
sino que se gestiona. La gestión es la que manda y gestión no habla de
implicación subjetiva sino de algo que tiene que ver con el buen funcionamiento
como si de una máquina el alumno se tratara.
La escuela ha dejado de ser venerada u odiada. Se
tiende a menospreciarla, a ridiculizarla, a maltratarla. El acto educativo no
es del orden del consumo sino de lo abstracto y es por ello que en los pensamientos
más cínicos se sitúa como algo innecesario, superfluo. Antiguamente la maestría
era respetada y por ejemplo en los pueblos tenía el mismo rango imaginario del
alcalde o el cura. Ahora ya no, ahora no se deja al maestro hacer su trabajo
con autonomía sino que forman parte del funcionariado y por tanto deben ser
controlados, fiscalizados y examinados regularmente, como si el valor de la
profesión fuera en relación a un saber objetivable más que a un deseo
individual lo que se llamaba vocación.
Algo debe atar al maestro a su profesión y eso ya no se tiene en cuenta porque
no es mesurable. Este punto de la mesura lo hablaré más abajo, la hablar del
imperio del discurso científico.
Volviendo a la pérdida de autoridad por parte del
maestro, ¿a que se debe? Son diversos los factores pero se centran en la
democratización del saber, el saber ya no lo tienen solo los sabios y la
desconfianza en la institución, en realidad una cosa va atada a la otra.
Vivimos pues en una sociedad cínica, una sociedad que ya no cree y que si cree
algo es que se debe desconfiar. La prisa y el trabajo son fundamentales, casi
se puede decir la prisa en tener trabajo y ya desde los pocos años se empuja a
esta dirección, es decir, la importancia de los curriculums y poco de las subjetividades.
Unos curriculums que se rellenan de títulos y experiencias objetivables. El
interés son las calificaciones y no quien o qué es ese niño o adolescente. El
rendimiento frente al saber, el objeto frente al sujeto. Por eso asignaturas
que se inscriben en las humanidades se pretenden eliminar.
Muchos adultos se quejan que la escuela ya no es
como antes, que ya no hay orden y que los alumnos salen mal preparados. Es
posible que esta afirmación este sesgada por algo de la nostalgia de juventud
pero no deja de ser cierto que han cambiado mucho y rápidamente las escuelas y
institutos. La incorporación de las tecnologías en el medio estudiantil creo
que enrarece más aún el ambiente escolar. Quiero decir que es un elemento más
de distracción, Y que distracción!, es una ventana al mundo en unos recintos
que a veces se asemejan a prisiones. Es un escape imaginario, que no simbólico
de la lógica demanda de esfuerzo por parte de la institución. Relativicemos, es
cierto que no se termina con el instituto con este tipo de incorporación pero
si enturbia la función educadora del maestro ya que existe un saber que viene
de otro lugar. Una chica de 15 años me dijo una frase el otro día que era la
siguiente: “un maestro es un libro con voz”, antiguamente seguramente era más
eso pero ahora como me dijo otro maestro “los alumnos ya no nos ven como
alguien que tiene el saber, el saber está en Wikipedia”.
2.2. Las nuevas maneras de hacer familia.
Se ha abierto la manera de hacer familia y esto solo
se puede abordar de manera descriptiva ya que una valoración moral sería sesgar
la subjetividad. Existen realidades de todo tipo donde cada miembro se sitúa de
una manera u otra en la relación. Creo así mismo que el complejo de Edipo
freudiano es aún vigente pero es posible que se hayan diversificado sus
funcionalidades. El padre y eso también se relaciona con el punto anterior y
puede lo titula ya no está tan presente y las madres pueden serlo sin necesidad
de un padre. Pero sigue siendo necesario tan un sentido del orden a la vez que
un sentido maternal, lo que en psicoanálisis se llama la función paterna y
objeto causa del deseo.
La función paterna es aquella que introduce al
sujeto que no habla en el mundo, Lluís Duch utiliza un concepto muy acertado al
hablar de estructuras de acogida que son todas aquellas instituciones y
personas que velaran para que el infans
(que no habla) vaya siendo sujeto y se sujete a la vida. El objeto causa del
deseo también nos une a la existencia pero su goce es llamado otro y no fálico.
No quiero entrar más en estos temas que son complejos pero si explicitar que
actualmente y sobretodo des de los años 70 del siglo pasado se ha diversificado
ampliamente.
Son nuevas maneras de configuración familiar como
las familias monoparentales o de hijos adoptivos que nada nos dice esto de
funcionalidades sino nos adentramos a las maneras de interrelación. Pero me
parece así mismo que puede haber un exceso de imaginación en todo ello, pues
los hijos siempre necesitan adentrarse a un otro familiar que haga crecer. Este
hacer crecer a veces complicado. De eso trata mucho la clínica actual, de goces
más en relación al sistema socioeconómico actual, lo que Lacan llamó el
imperativo a gozar del capitalismo. Pero en todo ello siempre se debe uno
referir a como se articulan los sujetos a esta propuesta que no es necesaria
del sistema, es decir, que siempre habrá una respuesta que hará crecer a los
hijos. Es la pregunta sobre esta respuesta un buen principio y siempre será
singular a cada uno. Esta pregunta versa sobre la responsabilidad subjetiva y
es por el peso de la respuesta que sitúa en un lugar parcial y de cierta
frustración que actualmente no está de moda.
Lo que me parece fundamental en esta disparidad de
hacer familia es saber en cada caso donde está situado el deseo y como se
articula en las relaciones familiares. Es común que por ejemplo en separaciones
el hijo termine por ser tensado o fracturado por los goces de los
progenitores depositados en él. Digo tensado porque me parece bien pictórico y
claro ello produce estrés. Los niños no están tranquilos porque no los dejamos
tranquilos pues depositamos lo nuestro en ellos inconscientemente y no les
dejamos ser o les hacemos ser demasiado también.
Llenos de actividades extraescolares, preocupaciones
curriculares a temprana edad. Faltaría muchas veces preguntarles más si quieren
hacer algo antes de preguntarles que quieren hacer. ¿De que lado está entonces
la hiperactividad? Personalmente creo del otro social pero como es común se
deposita la responsabilidad de este goce en los hijos y termina por ser una
amalgama hiperactiva por decirlo de alguna manera.
La familia es uno de los
ejes a través de la cual los bebes se subjetivizan, esto quiere decir se hacen
personas. Si bien es inherente en esta institución algo del orden del
conflicto. Es un conflicto absolutamente necesario para como decía antes hacer
crecer. Quiero decir que el matrimonio como renuncia ya no está reconocido y se
prefiere estar en el mundo de las infinitas posibilidades es decir del todo
vale. Existen pues familias donde el valor de lo familiar tampoco está de moda.
En un mundo donde nada en principio está prohibido, todo aquello que se
presenta como represivo está mal visto. Podríamos decir que ahora lo
revolucionario es ser conservador, en el sentido de querer conservar lo que se
tiene. Existen pues familias monoparentales, de padres homosexuales, hijos que
tienen diversos padres y madres por sucesivos divorcios. Todo ello configura la
pérdida de algo que antaño era muy valorado como es el hogar, el sentimiento
cálido de hogar. Cada vez hay menos familias que contemplen este sentimiento
entrañable del hogar, eso está pasado de moda. El hogar significa quedarse en
casa, sentados, compartiendo un momento con los seres queridos y se vive como
tedioso. ¿Por qué? Yo creo que es debido a la transformación del significado de
padre y madre, sobretodo de padre. Antiguamente el padre era el que procuraba
al hogar y la madre era la que cuidaba a los niños. Ahora ya no, los roles se
intercambian por razones socioeconómicas y de ansias de libertad. El orden que
procuraba dichos roles se ha complejizado. Antes no era discutido, ahora si.
Ahora todo es discutible, vivimos los tiempos de las posibilidades y del
reinvento, como si no hubiera razones para establecer fundamentos. Pero, ¿a que
remite este deseo que Bauman llamó líquido? Creo que a una adecuación a un
sistema que empuja al goce, un sistema económico que guía la existencia hacía
un consumo impulsivo que tiene en el centro el vacío y que nos acerca a una eterna
adolescencia para todos, crecer no está de moda, como tampoco renunciar a algo
por ejemplo al tener descendientes. Esto es algo preocupante, ya que sino se
renuncia a algo al tener hijos podemos complicar su estar en el mundo. Es decir
y de otra manera, si todos somos adolescentes eso quiere decir todos buscando
un lugar, pero ninguno estableciéndose, ninguno decidiendo por algo que hace
renunciar por otro. Eso si afecta a los hijos, si los padres no dejan de
moverse por no renunciar, los hijos tampoco lo harán.
2.3. El imperio del discurso científico.
Ya he comentado al principio del trabajo que el
mismo inventor del TDAH dijo que existía una sobrediagnosticación y hasta
afirmó que el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia. ¿Qué ha pasado entonces
para que esta supuesta enfermedad con su subsiguiente receta psicofarmacologica
se haya expandido como una epidemia? La respuesta es clara, a pesar de que
siempre ha habido niños movidos, los niños son movidos, actualmente el TDAH
está situado en el centro de la manera de vivir, es el reverso de una sociedad
hiperestimulada. Estos sujetos sí existen y muestran los síntomas descritos en
el DSM: movimientos nerviosos, impaciencia, desasosiego, verborrea, etc.… síntomas
que molestan al sistema educativo y a las familias. Se necesita dar salida a
estos malestares y es ahí donde entra la evidencia científica y sus intereses industriales para dar
solución. Una solución llamada psicofármaco que sobretodo hace callar. Al saber
que la cuestión es bioquímica no hace falta hablarlo más, se le administra el Metilfenidato
en mayor o menor dosis y listo.
Si bien y eso
es de rigor decirlo, el modelo científico ha conseguido muchos avances en
muchos campos cuando se topa con la psique poco puede decir, más allá de verificar
cuestiones cognitivas como por ejemplo, la percepción, la memoria, etc.…,
describir procesos patológicos o investigar la biología del funcionamiento
neuronal. Busca hechos objetivables y soluciones generales. Si estudias los
fundamentos del método científico se insiste en anular las variables superfluas
y extrañas que son precisamente las que nos hablan de la particularidad de cada
uno. En eso se centra el psicoanálisis y plantea la cura por la palabra que
nunca es objetiva sino todo lo contrario. Claro que se necesita tiempo para
explicarse, tiempo y saber hacer por parte del que escucha. Esta es una de las
variables extrañas que se deben extirpar en la ciencia como es el sesgo del
investigador a lo que el psicoanálisis llama por un lado transferencia y por el
otro fantasma, algo que centra en mayor parte su trabajo. Las vicisitudes de la
vida, aquello contingente, la ciencia lo quiere bandear, obviar, reducir a la
mínima expresión. El ser humano por su lado es ambiguo y en gran mesura
contingente y está atravesado por su historia, su cultura y el lenguaje, ¡que
gran paradoja! Este imperio científico mueve muchos estamentos que poco tienen
que ver con la particularidad del sujeto y sus goces. Sino que centra su fin en
el propio goce de la ciencia que en el caso de la hiperactividad se llama Metilfenidato
y que bandea a lo subjetivo. En conclusión la ciencia poco puede saber de las
angustias subjetivas y a ella le rodean estancias del poder que pretenden
apartar precisamente lo particular en su propio beneficio. Es algo bien
perverso.
El discurso de la ciencia es un discurso del amo, que
cuando busca la objetividad y la evidencia al aplicarse a problemas que son
individuales no hace sino caer siempre en burdas generalizaciones muchas veces
imposible de justificar y con excepciones que a menudo pueden ser la regla. Muchas
veces aquello que descubre lo hace casualmente. Pero este imperio no termina
aquí, los llamados descubrimientos científicos sí tienen consecuencias en lo
individual como es sabido. En el caso de la hiperactividad el proceso fue el
siguiente y tiene relación a la lógica aplastante, aplastante del malestar: un
sujeto molesta porque se mueve, eso es inaceptable ya que entorpece el ambiente
académico y familiar, se le lleva al dispensador de significantes (médico) y se
le dice que tiene una enfermedad llamada TDAH, a lo cual se da solución:
medicación y protocolos. Punto y final!
¿Qué nos falta en esta ecuación? el sujeto, el hijo,
el alumno, el ciudadano, el paciente alguien a quien preguntar que le pasa y
siempre les pasa algo, algo que ni es evidente, ni es simple, ni objetivo, es del
orden de lo particular.
En mi tiempo de estudiante universitario escogí una
asignatura optativa llamada psicofarmacología. Repasando el libro[4] recordé
que desde el cognitivismo se afirma que el déficit de atención con o sin
hiperactividad se considera que es debido a un relajamiento de la atención,
contradiciendo al sentido común y que desde la farmacología ello se trataba con
fármacos estimulantes de las vías dopaminérgicas, que son el metilfenidato y las
anfetaminas. Las vías dopaminérgicas también tienen que ver con otros sistemas
neuronales así como con enfermedades como la esquizofrenia y el parkinson.
Entonces se administran estimulantes a niños ya
estimulados para calmarles sin tener en cuenta los efectos adversos basándose
en una evidencia científica inexistente En el prospecto de una conocida marca
de Metilfenidato se dice que los afectos
adversos frecuentes o muy frecuentes son anorexia, disminución del apetito,
reducción moderada del aumento de peso y altura durante el uso prolongado en
niños, insomnio, nerviosismo, agresividad, agitación, ansiedad, depresión,
comportamiento anormal, cefalea, mareos, hiperactividad motora, arritmia,
palpitaciones, vomito, boca seca. Y lo peor de todo es que no se saben los
efectos secundarios adversos a largo plazo.
2.4. La supremacía de la imagen frente a la palabra.
Jacques Lacan habló de que existían tres registros
que se anudaban entre ellos formando la experiencia. Actualmente lo imaginario,
la imagen, ha ganado la partida a la palabra, o la palabra está en retroceso.
Cada uno se relaciona con modalidades de goce, la palabra desde la pulsión oral
y la imagen des de la pulsión escópica.
Ser capturado por la palabra al escuchar una
historia, leer un libro con interés, atender a las explicaciones del maestro,
hacer caso, obedecer en definitiva. Obedecer viene de la palabra latina audire
que significa oír. Vivimos pues una época desobediente en ambos sentidos. Los
niños y adolescentes son desobedientes ya que no hacen caso y no escuchan.
Las nuevas tecnologías de las que trataré aquí son
en concreto dos, las llamadas redes sociales y los videojuegos. Las redes
sociales que se han ido desarrollando, desde los chats de principios de los 90
que eran líneas de texto con un nombre de usuario al actual facebook donde se
pueden publicar fotografías y es como tener una doble vida. En realidad estamos
hablando de un imaginario. Cada una escogerá hasta que punto se quiere inventar
a si mismo y hasta que punto se lo quiere tomar en serio pero el sentimiento
generalizado entre los adultos es tomarlo por el lado de lo lúdico. También
como manera de pasar información de unos a otros para gente que está lejos o
contenido político.
Esta es la manera de tomar la cuestión los
adultos, pero en adolescentes ya es otra manera. Su necesidad de hacer grupo,
de tener grupo, hace que vivan estas redes sociales desde la pasión, tienen pues
en la pantalla lo que puede desear un adolescente, es decir, una vida basada en
la imagen y la fantasía donde las cosas no parecen en verdad importantes pero
en realidad lo son. Las redes sociales es la vida paradójica adolescente hecha
aplicación. Digo que las redes sociales son un medio eminentemente adolescente,
que encaja en su manera de ser. Es cierto que no todos caen en sus fauces y que
no todos lo hacen de la misma manera pero es perfecto para ellos y a veces caen
en conductas completamente adictivas. Allí ellos son algo, en un marco
definido, limitado, son usuarios de la red social. Lo que importa no es su
grado de responsabilidad sino todo lo contrario, lo que importa es hasta donde
se atreven a llegar. Parecería que este medio empuja a pasar el límite, el
sentido de la norma está más lejos percibido que en la vida ordinaria. Algunos
lamentablemente atraviesan lo pudoroso y se dejan la piel literalmente en el
medio sin saber las consecuencias y los goces a que será sometida la imagen.
Ese es el horror de estas redes que en realidad son bastante frías y encaradas
al beneficio de algunos, no nos olvidemos.
Existen casos escandalosos de comportamientos
comprometidos y algunos con final trágico: suicidios, el llamado
ciberbulling,... pero en realidad y centrando la mirada en lo subjetivo lo que
importa verdaderamente es lo que encuentra cada uno en este medio. El
anonimato, el hecho de que los ordenadores ya tienen todos la webcam, la falsa impresión
de protección que da poder conectarse desde casa hace que sea un medio perfecto
para pasar la ralla de la obscenidad. ¿Que pasa en la cabeza de un sujeto para
decidir dejar radicalmente su imagen allí? Las razones son múltiples y atañen a
la sexualidad algo siempre relacionado con lo real lacaniano y por tanto el
goce. Lo imaginario, la imagen, pasa a través del medio para terminar dejando
el sujeto desnudo frente a la pantalla. La pantalla se da la vuelta y arranca
la subjetividad del individuo, una subjetividad que cae del deseo para
incorporarse al goce de una red informática de la que no se conoce el límite y que
angustia por el desborde que provoca. El joven se pierde en la red gozando
ilimitadamente. Una chica de 13 años me contaba que la noche anterior había
estado hasta las 5 de la madrugada conectada, así lo llaman: estar conectado.
Por otro lado
están los videojuegos. Antiguamente eran mucho más sencillos y mucho menos
reales. Actualmente invita al jugador a entrar casi completamente dentro la
pantalla, como si ahí en el interior de la misma estuviera la vida. Ello se
refiere al goce, como en las redes sociales. No es difícil de comprender como
alguien se puede enganchar a esta actividad, alguien en general joven o niño
que ve la vida futura y presente como algo pesado que le pide de renuncias y le
impide vivir de la pulsión instantánea. Estos juegos que son todo lo contrario,
no hay otro límite que el game over,
entre tanto suele ser un reto lleno de color, figuras antropomórficas y que le
invitan cuando son mas adictivos, de eso se trata, a expresar las inclinaciones
más violentas del ser humano. Creo que es un paso extraordinario para la
percepción psíquica de la vida el paso de los juegos desde la metáfora y por
tanto elaborados a esta actual casi real vida a través de la pantalla, donde la
finalidad de las mismas es confundir dentro y fuera. Algunos terminan por
confundirlo.
Siempre volvemos a lo subjetivo y a las razones inconscientes
de cada uno en relación a los medios que se nos ofrecen. Entonces si bien habrá
subjetividades que se encerraran en la habitación, otros no conocen nada de la
cuestión o harán un uso más sano. En realidad la pregunta interesante aquí no
son los mecanismos neurológicos de la adicción sino las razones de preferir un
medio frío, hostil y finalmente frustrante, ya que el game over es inevitable, a una vida imperfecta.
La imagen es siempre más instantánea pero también es
más fría, lo simbólico siempre hace más lazo social pero desde estas sociedades
postmodernas e individualistas ello queda relegado a un resto poco placentero.
3.- TRES CASOS CLÍNICOS.
En esta sección trataré de mostrar casos que han
pasado por mi consulta que venían diagnosticados de TDAH y como se han ido
desarrollando y claro complejizado. Algún tipo de cura siempre vendrá a través
de las sesiones de rodear a través de la palabra el síntoma que hace mover al
paciente. En realidad el psicoanálisis no cura, indica.
CASO 1.
Vino a la consulta con sus padres que están
separados. Su madre se quejaba de que no estudiaba, de que no atendía y que
llevaba quejas de parte del instituto. Me dijo que estaba diagnosticado de
hiperactividad y que estaba siendo medicado. Es curioso escuchar a un paciente
decir que sufre TDAH y sentir a la vez que en realidad no sabe a que se refiere
su enfermedad. Tiene un síntoma bien hiperactivo, nunca deja de mover las
piernas pero solamente se le activan cuando le preguntas sobre sus
responsabilidades, sino está bastante tranquilo. Sé que toma medicación pero
dice que no le hace nada, que solo le quita el hambre y eso sÍ le pone triste.
Al preguntar sobre si mismo existe una queja recurrente,
que no le gusta estudiar. Esta queja en general se repite en muchos adolescentes.
Tiene pues el interés lejos del estudiar. Durante algunas sesiones me cuenta
que cuando era pequeño tuvo problemas con los compañeros y que en un momento
dado le hicieron el vacío lo cual le hizo sufrir mucho. También al volver de un
viaje a Extremadura de donde es su familia relató lo bien que había estado allí
lejos de sus problemas, ¿no sería eso que el acepta que hay problemas y que
quiere apartarse de ellos, problemas de los que sabe poco y que tienen que ver
con su posición en el mundo? Es algo indicativo la dificultad que tiene para
mirarme a los ojos, es cierto pues que en el dispositivo sobretodo con
adolescentes planteo la responsabilidad como significante necesario y es
precisamente de lo que el no quiere saber nada.
Todo ello, sin deseo de ser muy exhaustivo, para
exponer que el TDHA nos habla de otra cosa, de algo que es subjetivo a cada
adolescente o niño, de algo que le es propio y que le tiene inquieto. Algo que
también se debe elaborar significativamente.
CASO 2.
¿Siempre se refiere a los adultos un síntoma en
niños y adolescentes? Yo diría que sí pero no por ello es algo fácil resolver.
Los niños y jóvenes hacen síntoma de los conflictos adultos, afirmación
atrevida pero no concreta. Es decir existen significantes en los adultos que
hacen síntoma en los hijos o hijas.
El caso es paradigmático. Un padre obsesivo y
maltratador con una subjetividad muy ambigua, un hombre complejo que explota de
vez en cuando. La madre después de sufrirlo durante años decidió por
abandonarlo pero manteniendo una extraña relación con él, de un cierto aprecio.
Algo pues lo había anudado a él, del orden de la protección, de lo que no le
era fácil salir. Ella había tenido un padre autoritario y poco cariñoso y parecía
que había encontrado con su marido un refugio al padre distante, de alguna
manera un padre protector. Lo cierto es que el marido, un hombre alto y de
aspecto protector a veces daba miedo. Era una pareja anudada patológicamente,
ella estaba más cerca de su ideal que del hombre que tenía al lado y él no era
consciente del lugar donde estaba situado.
Todo ello previo al nacimiento de la hija. Una vez
nacida terminó ella por ser parte de este anudamiento bien conflictivo siendo
para el padre una hija sin demasiados límites y una madre asfixiada por un
trato algo sádico por parte de padre e hija también una vez separados. El
padre, pues, situaba a la hija en un lugar de excepción y la madre, vista como
represora, imponía un cierto orden. Algo significativo: en casa del padre la
niña dormía en la cama del padre y el padre en el sofá, la cama de la hija
decían que tenía como un clavo que le hacía daño. Trabajamos con el clavo, que
era imaginario, para que ella pudiera habitar su cuarto y no invadir el del
padre. Es cierto que el padre a veces explotaba y todo eso que había permitido
a la hija se le volvía en contra. La madre, dedicada al mundo de lo social como
trabajadora social, era profundamente consciente de lo que acontecía pero lo
vivía como espectadora y fue necesario hacerla participe de todo ello y
plantear algún cambio en relación a la hija que rodeaba sobretodo la cuestión
de la posición de reina que el padre le había concedido.
La demanda en las primeras entrevistas era si se
podía hacer una exploración para saber si la hija era hiperactiva porque en la
escuela había planteado problemas con compañeras. En algún lugar se le pudo
decir que sí y empezar con el tratamiento, des de el dispositivo psicoanalítico
planteamos complejizar la historia.
CASO 3.
Este caso se planteo de la siguiente manera. Un niño
de 6 años muy movido, excesivamente movido y que insulta y abusa de la madre.
Una madre situada en un lugar de falta y perdida explica por una infancia
difícil y con necesidad de cariño. Un padre obsesivo y represivo. La pareja
esta separada, la madre vive sin pareja y el padre está con una nueva pareja.
La demanda se plantea, como es común, por los
problemas que tiene en la escuela. Pero la madre se queja sobretodo porque esta
muy nervioso. Vamos a plantear ese síntoma complejizandolo. Pasamos algunas
sesiones con el niño y termino por incluir a la madre volviéndose sesiones de
tres. El niño es insostenible, se mueve mucho y termina por dirigir la angustia
contra la madre, insultándola y pegándola. Ella se muestra como inhibida y
cariñosa con él. Van pasando sesiones y se dice que para ella él, el hijo, es
un sostén. Ella lo tuvo mayor y le supuso algo que la sostenía y que por eso no
le regañaba ni se separaba de él cuando la maltrataba. Explicaba que con el
estaba bien y fue un trabajo de intervención plantear algún tipo de separación
empezando por la alcoba, ya que dormían juntos, madre e hijo. Fue un paso
importante y las cosas empezaron a ir mejor. Posteriormente salió a relucir
otro conflicto la obsesión del padre con la comida. Explica la madre que cuando
el hijo era pequeño y ellos aún estaban
juntos el padre era incapaz de dar de comer a su hijo, se angustiaba. Es
necesario indicar por otro lado que la madre del padre y el padre tienen una
relación de exclusividad y que la madre del niño era menospreciada a menudo,
según relata la madre era como si el padre no pudiera alimentar a su hijo y ahí
viene un punto fundamental porque en realidad el hijo era él. A esa paradoja el
padre resolvió obsesivamente contra la madre y de ahí la separación. La CULPA
DE TODO era de la madre que no sabía alimentar al hijo reprimiendo
obsesivamente la relación incestuosa con la madre y situando al hijo en un
lugar de sobra, al menos en relación a la alimentación. El padre siempre
insistiendo científicamente, lo pesa en una farmacia para demostrar que la
madre lo alimenta mal. Lo patológico del tema es que él es incapaz de mostrar
deseo frente a la alimentación del niño, obligándolo a terminarse todo y
cediendo la responsabilidad de la alimentación a la nueva mujer. La madre
relata que últimamente deja al niño en casa de una amiga a comer que tiene una
hija mayor y explica que el niño come sin problemas y es muy educado. Muestra pues
el enredo que existe en la relación padre-madre-hijo en el comer.
Comer, ingerir, alimentarse, todo ello se hace
también desde la subjetividad y la manera conflictiva donde está situada la
triada produce movimiento que significa angustia para el hijo.
Es conmovedor escuchar al padre insistir en su deseo
de desplazar su conflicto a la madre siempre con la objetividad científica
eliminando obsesivamente cualquier responsabilidad en la cuestión. Últimamente
ha salido a relucir otro significante, el niño no quiere que se muestre el
conflicto pero que es del padre que hace sufrir a la madre y en sesión descarga
dicha tensión dibujando y pintando. Me ha parecido siempre fantástico que
sublime la carga que lleva incorporada dibujando, algo propio que le gusta. En
realidad debe saber de él mismo para dar-se cuenta que él no es el responsable
de todo lo que le pasa porque su conflicto ya estaba antes de él nacer.
Lo deseable sería que el padre moviera algo de su
posición obsesiva pero eso depende de que se permita salir del discurso bien
establecido y algo delirante donde está metido, un delirio neurótico, que
encubre algo que se refiere a su propio goce. El hijo ha establecido su espacio
y ha sido intervención mía indicar que el no tiene porque sufrir inútilmente lo
del padre pero lo cierto es que esta represión del padre es bien pesada.
4.- CONCLUSIONES.
Es cierto que actualmente existen diversos
acercamientos y que muchos van en busca de la eficiencia y la curación lo más
rápido posible. Algo que no ayuda al desarrollo de un saber para los sujetos.
La prisa nunca es compañera del saber y es necesaria la repetición para saber
que acontece en la subjetividad, para hacer emerger lo inconsciente y poder
acercarnos a un mejor ser y estar. Los pacientes están cansados de recibir
recetas a la demanda de una solución y hay un deseo de mejorar a través de
otros sistemas donde el sujeto sea el protagonista y no imponiendo una barrera objetivizante.
Siguiendo esta línea se ha redactado bajo la firma de multitud de instituciones
un manifiesto llamado “Manifiesto por una psicopatología clínica, que no
estadística” donde se plantea la necesidad de volver a la escucha y no al
obsesivo dispendio de test y la necesidad de encontrar La objetividad.
El malestar está, como dijo Freud, en lo más íntimo
de la existencia y me parece ciertamente perverso tratar los problemas de la
vida a través de la generalización científica sin centrar la escucha en lo que
adolece en una persona concreta.
El psicoanalista francés Jacques Lacan habló en su
seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis que el
Otro es el lugar donde se sitúa en la cadena del significante que rige todo lo
que, del sujeto, podrá hacerse presente, es el campo del viviente donde el
sujeto tendrá que aparecer. Y he dicho que, por el lado de ese ser viviente,
llamado a la subjetividad, se manifiesta esencialmente la pulsión.
Una pulsión inevitable que necesita ser articulada
en un discurso para hacer lazo social. Parecería y esta es la tesis de este trabajo
que esta articulación se ha menospreciado y simplificado a través de un empuje
socio-económico a la satisfacción instantánea del ser. Un ser individualista
que ya no cree en la ideología como goce colectivo sino que se ha alienado en
el goce consumista de manera abrumadora. Es este sistema en el que convivimos
que empuja pues a la felicidad en el consumo.
La modernidad de la ilustración tenía la existencia
institucionalizada en diferentes ideales que hacían lazo. Los niños eran
educados y los padres, maestros y la sociedad en general tenían una función
frente al neonato de civilizarlo. Freud hablaba de los perversos polimorfos al
referirse a los niños, lo decía por la verdad en lo pulsional, en la falta de
regulación de la energía pulsional que se debe sublimar en lo social. Como
queda esta sublimación en una sociedad tan heterodoxa, parecería que ya no
acogemos a los niños sino que los echamos al mundo.
La escuela, la familia y la ciudad han sido como
dice el monje y antropólogo catalán Lluís Duch las estructuras de acogida
clásicas y es precisamente esto lo que está como decía antes menospreciado.
Diría que se han cambiado estas estructuras de
acogida clásicas reguladoras, familia, escuela y ciudad por algo más etéreo y
menos elaborado como son las nuevas tecnologías y la ciencia. Las narrativas
secuenciales moralizantes, es decir uno-tras-otro buscando un sentido, se ha
cambiado por el puntillismo, uno-y-otro, sin necesidad de relación. Se ha
perdido el sentido de la coherencia.
Esta reflexión del punto anterior nos dirige a
plantear pues como viven nuestros niños y jóvenes y no escatimaré palabras. Por
un lado esta la tecnología, la cual ya estaba aquí antes de ellos nacer, una tecnología
cada vez más realista y mas adaptada al ser humano, más análoga al ser humano
como dice el cogntivismo o cibertecnología si hablamos de ciencia ficción, que
ya no es tan ficción. Un sistema económico que actualmente se rige sobretodo
por este comercio tecnológico hace que impulsemos a través de su discurso a
gozar con esos gadgets. Unos gadgets que nos sitúan en un registro imaginario a
través de sus pantallas, donde el fuera y el dentro tiende a difuminarse,
confundirse. Impulsa pues a un goce escópico y narcisista, ya que nos plantea
ideales del yo extraordinarios, que termina simplemente por preferirse a una
vida basada en el simbólico que siempre produce falta y necesita mayor esfuerzo
para elaborar. La elaboración pues de la cibertecnología está en otra parte, no
del lado del sujeto que goza al utilizar-la sino la industria que la produce
que por cierto es la más lucrativa, superando al comercio de libros y cine, en
el mundo del entretenimiento. Entonces en realidad tal inmersión por parte de
niños y adolescentes es puramente de orden del goce diría real, pues las
propuestas de esta industria están encaminadas para este fin. Es decir,
atiborramos a estas inexpertas subjetividades de imágenes que incitan al goce
más basal y impulsivo y por otro lado y puede cada vez menos les pidamos una
responsabilización vital. Si esto estuviera contenido en familias bien
asentadas y por decirlo de alguna manera dentro de una neurosis ordinaria, por
decirlo de otra manera con las pulsiones bien orientadas lo llevarían muchos
problemas. Pero en realidad todo este mundo cibertecnológico atañe empujando
intensamente también a los adultos que parecería que cada vez se dejan llevar
más por ello. Familias desestructuradas, familias empobrecidas, familias
invadidas por un goce cibernético y por otro lado instituciones en este trabajo
centrado fundamentalmente en la escuela que intentan y fracasan en la
articulación de un discurso productivo. En realidad si de una competencia se
tratara está ganando la industria de la cibertecnología por goleada. Solamente
se mantienen cuerdas las familias que establecen una contención de estos
significantes tan seductores y prefieren instalar un discurso más propio
centrado en la palabra y una ética educativa.
Centrado en la palabra! Este imperio de la imagen
hace que la palabra se haya como he
dicho en otro lugar menospreciado y obedecer palabra de origen latino que
proviene de escuchar ha caído en el desuso. Pero y esto sí es importante el ser
humano no se puede desvincular de la palabra. La palabra es constituyente, es
lo que hace al ser hablante o hablanteser
lacaniano y por tanto se tiende al aplastamiento de la misma, ya que no podemos
dejar de ser seres humanos. La industria y el sistema económico social y
también la ciencia empujan fuertemente hacia la objetivización del ser humano
que termina por silenciarlo.
De esta manera, no es extraño que haya aparecido en
la última época psicopatologías infantiles referidas al habla y a la obediencia
como pueden ser la llamada dislexia o el TDH. Disfunciones, si se puede llamar
así, que se quieren subsanar a base de por el lado de la dislexia forzando a
leer bien de manera conductual y sometiendo al sujeto y algo que se dice más
preocupante, como es la medicalización generalizada de niños que no obedecen.
Ellos, los niños, son los expertos en la sintomatología social, es decir, ellos
son esponjas de significantes y contendedores de los goces adultos. El goce
adulto esta situado actualmente en lo escópico por ello los infantes no
aprenden a hablar ni a obedecer, los estamos separando inconscientemente de la
palabra, algo muy preocupante por cierto.
Parecería que estamos como civilización evocados al
desastre, pero existe siempre la posibilidad que nos brinda la ética de decidir
por nuestra cuenta, no dejarnos llevar por
el grupo e instalar desde el saber que he intentado aclarar algo propio
desvinculado de esta cibertecnología o de estas familias donde casi no hay
familia. Adecuarnos siempre es mejor que alienarnos.
Del otro lado y también importante, se debe decir
que es la subjetividad la que sintoniza o no a través de la fantasmática propia
con todo lo reflexionado anteriormente. De ahí, que desde la clínica
psicoanalítica, se insista en que el medio no es nunca el único responsable, aunque
también lo es, por lo que no es incompatible lo psi con la crítica social, PERÒ
siempre teniendo claro que es en definitiva lo subjetivo lo decisorio, algo tan
simple pero tan fundamental.
5.- BIBLIOGRAFÍA y WEBGRAFÍA.
1.-
Sobre la historia del concepto de TDHA: http://www.ite.educacion.es/formacion/materiales/186/cd/m1/evolucin_histrica_del_concepto_tdah.html
2.- Zigmund Bauman. “Els reptes de
l’educació en la modernitat líquida” Ed. Arcàdia.
3.- Lluís Duch. “Emparaular el món”. Fragmenta
editorial.
4.- Fernando Sabater.”El
valor de educar”. ed. Columna.
5.- Jacques Lacan. “Els
quatre conceptes Fundamentals de la psicoanàlisi”. Ed. Dip. de Barcelona.
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